Las instrucciones que Jesús les decía a los discípulos durante su ministerio en la tierra son las mismas que nos ha dejado, Él nos ha pedido llevemos las buenas nuevas, que echemos fuera demonios, que impongamos manos sobre los enfermos, dando de gracia lo que de gracia recibimos. (Mateo 10:7-8). Tenemos nuestro corazón lleno de amor de Dios y el poder sobrenatural para ministrar a las personas, y en este ministerio tenemos como propósito ayudar a los demás, manifestándoles su amor a través de la bondad, generosidad y la compasión.